Hace casi dos meses empecé a aprender a tocar el piano. Lo compré durante la pandemia, por aquello de «buscar una afición que no fuera mirar una pantalla».

Intenté aprender por mi cuenta, utilizando YouTube y el curso de piano de Jaime Altozano. No lo conseguí. No lo conseguí porque no pude:

  1. Ser constante en la práctica, porque nadie me «vigilaba»
  2. No tenía un plan de aprendizaje claro

Ahora voy a clase una vez por semana. La sesión dura solo 45 minutos, pero es suficiente para que mi profesor me corrija, me ponga deberes y me oriente en la teoría.

Hay ocasiones en las que, por mucho que haya contenido gratuito en internet, hace falta que alguien te guíe y te dé una estructura.

Soundbrenner

Un metrónomo sirve para indicar el tempo o pulso de las composiciones musicales. En la App Store hay decenas de aplicaciones, y he probado muchas de ellas y todas ellas las he acabado borrando rápidamente.

Hoy he encontrado Soundbrenner, que resulta ser también una empresa que produce dispositivos físicos para aprender música. Y no me refiero a metrónomos físicos, me refiero a relojes inteligentes que incluyen metrónomo (que vibra), afinador y medidor de decibelios.

La aplicación en sí está muy bien diseñada:

  • Tiene una parte de gamificación al estilo Duolingo, que te premia por practicar durante varios días seguidos
  • Puedes configurar el metrónomo como desees, indicando el compás y la subdivisión (corcheas, negras, blancas…), entre otros aspectos

Lo que sí estoy descubriendo es que aprender a tocar el piano requiere desbloquear completamente una parte diferente de mi cerebro. Esto me recuerda que debería escribir sobre la teoría, pero quizás en otro momento.

🙂

Deja un comentario